A few years ago we lived in the information
age; internet arrived to (almost) every house wich made us be aware of
everything that was happening in the world in real time.
Now, however, we live in the information overload era; with the presence of smartphones in our lifes we are connected 24/7,
hanging on the telephone, receiving whats apps from our friends everytime
something insignificant happens in their lives (‘I’ve seen so and so, she had a
haircut’), whenever they get bored (‘I’m in the bus, tell me anything’), everytime
they see something that reminds them to us; we find out about famous people’s
deaths before the body is cold because we’re checking Facebook while waiting in
line at the pub’s restrooms; we are in bed at night almost falling asleep with the cell
phone in our hands like teenagers, waiting for someone to answer your whats app…
We know every step our acquaintances on
Facebook take, but even they know we’re not interested in learning if they had had
blueberry muffins for breakfast with mom at Café Pepita, had spaghetti with
pesto with the boyfriend at Ristorante Roma o if they are going to the movies
with their best friend. All of this with the result of tagging mom, boyfriend
and best friend; them and even the neighbor, to thank him because on that busy day
he took time to watch your cat…
‘Check this out, I bought a new t-shirt’
someone posts attaching a photo of the t-shirt. Man, don’t share the photo, if
so share the t-shirt! I’m not interested in your shopping, I don’t wanna know
every second what song are you listening to and how it makes you feel because
it’s been like 10 years since you haven’t listened to that group, I’m not interested
in knowing where you are at all times or with who. God forbid your friends had
lied to someone about where they are, because he/she will have an argument
today and you’ll have it tomorrow.
The worst thing of this whole dissertation is
that I’ve thought of it this morning when I was in the shower, when I’ve
realized that, while waiting for my sister to leave the bathroom and still in
bed, I was already checking Facebook from my Blackberry. Because, despite all
the information overload that surrounds us every day, I love checking Facebook from
my cell phone several times a day (I don’t have Twitter, but I’ll do it too…),
I love when my friends remember me and send me whats apps, even telling stupid
things, I like having a gps on my cell that helps not to get lost, I like
having the change to google something every time, everywhere, and I love being
online 24/7.
Because when you discover the information overload there’s no turning back, and when you start using a smartphone, you no longer
think again about using any other kind of cell phone (‘sms?, what’s that?’).
I wanna dedicate this post to all the people
that read me from home. And from a cell phone ;)
Hace unos años vivíamos en la era
de la información; la llegada de internet a (casi) todos los hogares nos
permitió estar al corriente de todo lo que pasa en el mundo prácticamente en
tiempo real.
Ahora, sin embargo, vivimos en
una era de sobreinformación; con la presencia de los smartphones en nuestras
vidas estamos 24 horas conectados, pendientes del teléfono, recibiendo whats
apps de nuestros amigos cada vez que pasa algo insignificante en sus vidas (‘He
visto a Fulanita, se ha cortado el pelo’), cada vez que se aburren (‘Voy en el
bus, cuéntame algo…’), cada vez que ven algo que les recuerda a nosotros; nos
enteramos de la muerte de los famosos antes de que el cuerpo esté frío porque
estamos pendientes del Facebook mientras esperamos en la cola del baño del bar
un sábado a las 3 de la mañana; estamos metidos en la cama durmiéndonos con el
móvil en la mano como adolescentes, esperando que te contesten a un whats app…
Conocemos cada paso que dan nuestros contactos
de Facebook, pero hasta ellos saben que no nos interesa si han desayunado
muffins de arándanos con su madre en el Café Pepita, si han comido tallarines
al pesto con su novio en el Ristorante Roma o si se van al cine con su mejor
amiga a ver la nueva película de vete a saber quién. Todo esto con la
consiguiente etiqueta a madre, novio y amiga, a ellos y hasta al vecino, para
darle las gracias porque en ese día tan ocupado se ha encargado de cuidarte al
gato…
‘Mirad todos, me he comprado una
camiseta nueva’ y pone la foto de la camiseta. Hombre, no compartas la foto, ¡si
acaso comparte la camiseta! No me interesan tus compras, no me interesa saber a
cada momento qué canción estás escuchando y cómo te hace sentir porque hace
como 10 años que no escuchas ese grupo, no me interesa saber dónde estás a
todas horas ni con quién. Dios no quiera que alguno de tus amigos haya mentido
a otra persona sobre dónde estará, porque entonces tendrá bronca él y mañana la
tendrás tú.
Lo peor de toda esta disertación
es que se me ha ocurrido esta mañana en la ducha, cuando me he dado cuenta de
que, mientras esperaba a que mi hermana saliera del baño y aún no me había
levantado de la cama, ya estaba con la Blackberry en la mano mirando Facebook. Porque,
a pesar de toda la sobreinformación que nos invade a diario, me encanta mirar
el Facebook desde el móvil varias veces al día (no tengo Twitter, si no también
lo haría…), me encanta que mis amigas se acuerden de mí y me envíen un whats
app, incluso para decir una chorrada, me encantar tener un gps en el móvil y no
perderme, me encanta poder buscar información en internet a cualquier hora y en
cualquier lugar, y me encanta estar conectada 24 horas al día.
Porque cuando descubres la sobreinformación
ya no hay vuelta atrás, y cuando te acostumbras a tener un smartphone ya no te
planteas la posibilidad de usar otro tipo de móvil (‘¿sms?, ¿qué es eso?’).
Este post va dedicado a todos los
que me leéis desde casa. Y desde el móvil ;)
jajaja muy interesante, gracioso y sobretodo cierto. Me quedo por aquí!
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