(Nótese que no dice ‘Seguir soltera a los 30’,
como si estarlo fuera algo peyorativo y no una decisión que, en muchos casos,
es totalmente voluntaria).
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Cuando una
mujer pasa la barrera de los 30 estando soltera la vida te empieza a plantear
muchas preguntas. La vida, las abuelas, los tíos, los amigos casados, los
amigos con hijos… No son preguntas tan obvias como las que se hacen a las
parejas que llevan muchos años juntas, ‘Y vosotros, ¿cuándo os casáis?’, o a
las parejas casadas hace poco, ‘Y los hijos, ¿para cuándo?’, pero incluso una
misma se empieza a preguntar si estar soltera a los 30 es una decisión
voluntaria o es una situación fruto de la escasez de hombres decentes y
solteros en la misma franja de edad.
Aquello
de que ‘Los 30 son los nuevos 20’ en realidad es una mentira. Los 30 son mucho
mejores que los 20! A los 20 años no teníamos trabajos estables que nos
permitieran tener nuestra propia casa (y no hablo de hipotecas, hablo del hecho
de vivir fuera del nido, de alquiler, sola, compartiendo o como sea), a los 20 no
podíamos permitirnos los viajes que podemos permitirnos a los 30, a los 20 aún
hacíamos botellón o íbamos a antros de mala muerte porque la caña a 1€ y una hamburguesa del Euroahorro del McDonalds era lo único a lo que alcanzaba nuestra economía. A los 30 en cambio entramos y salimos cuándo
queremos y con quién queremos, viajamos, disfrutamos de la vida de otra manera…
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La vida
de la soltera a los 30 es una mezcla entre ‘Sexo en NY’ (planes con amigas a lo
loco los fines de semana), ‘Friends’ (cafés y cañas con amigos solteros y amigos
casados) y ‘Bridget Jones’ (mañanas de resaca en pijama en las que no te
apetece quitarte el moño, el pijama y las bragas de abuela). Las solteras a los 30 tenemos
la libertad de poder decidir qué hacer y dónde y con quién hacerlo, sin tener
que depender de una pareja o de unos hijos. Las solteras a los 30 disfrutamos
de la vida mucho más que las solteras a los 20.
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Sin embargo,
la soltería a los 30 no está exenta de inconvenientes, y el mayor de todos es ‘EL SOLTERO A LOS 30’. El soltero de 30 años no es como el soltero de 20. El soltero
de 30 sabe lo que quiere, tiene una vida organizada en la que trabaja, viaja y,
al igual que nosotras, disfruta de la vida y de la soltería. El soltero de 30
años también sabe que los 30 son mejores que los 20.
Y además, el
soltero de 30 años puede pertenecer a varios grupos:
Por una
parte está el soltero de 30 años que acaba de salir de una relación larga. Después
de 6, 10, 12 años de relación con la misma persona se ve de nuevo soltero en un
mundo del que hacía tiempo había salido. Y vuelve al mercado, al que puede
volver de dos maneras: 1. Como un hombre soltero, atractivo, con trabajo y que
va a lo que va porque ha estado atado a la misma mujer demasiado tiempo y ahora quiere resarcirse tirándose a todo lo que se mueve, o 2. Como un alma cándida al que se le ha olvidado ya cómo
entrar a una mujer y que, al final de la noche, en lo único que piensa en su
anterior novia. En este grupo de solteros se pueden añadir los solteros que
además vienen con ‘equipaje’, es decir, con niños, para lo cual hay que estar
muy dispuesta, pero ésa es otra historia…
Por otra
parte está el soltero que ha tenido mala suerte en la vida; sus relaciones no
han cuajado, por una parte quiere seguir intentándolo pero por otra ya está
harto de decepciones y, en el fondo, le da ya igual todo. Aparte de la mala
suerte, es obvio que hay algo en él que es lo que ha hecho que todas las relaciones
de este soltero hayan fallado, y al final lo ideal es que encuentre a una
soltera que también haya tenido mala suerte en sus relaciones, debido a sus peculiaridades,
porque ambos pueden aceptar los defectos del otro e intentar convivir con
ellos. Porque no olvidemos que, por cada tipo de soltero de 30 años, está el
equivalente femenino de soltera de 30 años, no vayamos a entrar ahora en
cuestiones machistas como si las mujeres fuéramos todas unas pobres
desgraciadas a las que nadie quiere porque los hombres son todos lo peor. No chicas, no, aquí nosotras también tenemos nuestra parte de culpa…
Por otro
lado, está el que nunca ha tenido una relación larga. En este caso la pequeña
peculiaridad probablemente sea mucho menos pequeña que en el caso anterior, y
no sé yo si la mayoría de las mujeres que estamos solteras a los 30 estamos
dispuestas a aceptarlo. Este tipo de soltero se puede dividir a su vez en dos
grupos. 1. El que va de machote alegando que no ha tenido relaciones largas
porque no ha querido y porque le encanta la vida de soltero (nota: alejarse de
este tipo ya, si no ha tenido relaciones largas no es porque él no haya
querido, es porque no hay mujer que le aguante, imbécil!), y 2. El pobrecillo
que es un pringado y que a los 30 lo sigue intentando porque, al igual que el
resto de solteros y solteras, en el fondo espera que ahí fuera haya alguien
para él.
Una gran
proporción de solteros se incluyen en ‘El soltero fantasma’, ése que parece un
tío genial pero con el que hay que andarse con pies de plomo, porque aunque
parece un buen tío con el que podrías plantearte un futuro, en el fondo
pertenece a alguno de los 3 grupos de solteros anteriores, sólo hace falta averiguar
a cuál de ellos y no encoñarse mucho…
Y por
último, está el soltero que seguirá soltero porque es un pesado, el que es
guapo pero mentalmente no te llena lo suficiente, el que te llama constantemente,
el que te invita, el que te recoge en su coche para llevarte al cine o a cenar,
el que hace planes de futuro contigo, pero con el que no quieres absolutamente
nada, porque es el soltero pagafantas. Es el soltero por el que muchas mujeres se
dejan querer pero con el que saben desde el principio que no va a haber nada
más serio.
Más allá
de estos grupos nos encontramos al que no está soltero, pero se lo hace. Es decir,
el que ha dejado a la novia, mujer o incluso a los hijos en casa, y sale con
sus amigos solteros a ver si pilla cacho, porque una vez que sale con sus
amigos solteros él, por arte de magia, también se vuelve soltero.
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Y este
es el percal al que nos enfrentamos las solteras de 30 (y pico), el que
hace que muchas opten por estar solteras por voluntad propia, el que hace que
muchas acaben metidas en webs tipo Meetic, eDarling, Tinder, etc., lugares
(sobre todo el último) donde se concentran todos los solteros (y no solteros)
mencionados anteriormente, el que hace que muchas acaben bajando el listón y
conformándose con un tío en el que en su vida se habrían fijado sólo por el hecho
de no terminar sus días sola (o por callar de una vez por todas a su abuela,
cada una tiene sus motivos…).
En definitiva,
ser soltera a los 30 tiene, como todo en esta vida, sus ventajas y sus
inconvenientes. Y mientras yo disfruto de la vida, de la amistad, de la
libertad, de los viajes, de poder hacer lo que me dé la gana, ando esperando a
ver si se puede añadir un último tipo de soltero, el que es como los de las
películas, el que se acaba convirtiendo en el hombre de tu vida, el que tal
vez, con sus pequeños defectos y peculiaridades, consiga convencerme de que
eso, igual que mis defectos y peculiaridades, forma parte su encanto.
Me ha encantado la entrada!!! Muy de acuerdo con lo de los solteros de 30... están todos para meterlos en un saco y tirarlos a un pozo. Qué locura jajajajja
ReplyDeleteTotalmente!! Es desesperante, jajaja... La verdad es que me he reido mucho escribiendo la entrada, jajaja...
DeleteMira que tengo 21 pero es que tu entrada es buenisima!!!!!
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