Monday, March 30, 2015

What kind of traveller are you?

Todos tenemos un motivo para viajar...

El otro día estaba mirando información para mis viajes de este verano, me encanta tener información, leer y releer blogs con recomendaciones, saber qué se puede hacer y dónde se puede ir, recibir consejos de gente que ha estado en el destino al que voy..., y me di cuenta de que uno siempre es muchos tipos de viajero a la vez. Cuando viajamos todos somos fotógrafos, somos frikis, historiadores... En ciudad somos culturales, y en el campo somos naturales... Pero siempre somos un poco más de uno que de otros, porque todos los que viajamos somos sobre todo un tipo de viajero.

Es un viajero de ciudad: edificios, museos, festivales…, todo lo importante de su destino estará marcado en su guía, sabrá de antemano si un cuadro o una escultura está en préstamo o en restauración y todo el interés cultural en la ciudad de destino estará en su lista de sitios a visitar.

Rechazará las ciudades porque para él no hay viaje más interesante que aquel que incluye estar rodeado de naturaleza. San Francisco o Los Ángeles son sólo añadidos a ese viaje que le llevará a Yosemite, el Gran Cañón del Colorado o el Desierto de Mojave; Bangkok es sólo el lugar en el que aterriza su vuelo para viajar por Tailandia, y un fin de semana de casa rural en la sierra es la mejor alternativa para alejarse de la ciudad.

Allá donde fueres… haz lo que vieres. Para él no hay comida en el mundo que no quiera probar, da igual lo picante que sea, la pinta que tenga, la higiene de la cocina de la que haya salido o incluso el sabor. Que hay que comer bichos, pues se comen, que hay que comer pez globo y jugarse la vida, pues se la juega, porque no puede volver a casa sin haber probado todo lo comestible a su alrededor.

Vista desde el Empire State Building al anochecer (checked), la Torre Eiffel desde Trocadero (checked), Lanzamiento de moneda a la Fontana di Trevi (checked), Fingir una llamada en una cabina londinense (checked), parecer un idiota sujetando la Torre de Pisa (checked)... Todos los viajeros somos un poco fotógrafos pero no hasta el punto de llevar la lista de dónde y cómo hacerse fotos y no poder volver a casa sin ella, sobre todo porque con este tipo de cosas pierdes por completo la esencia del viaje. Yo he estado en destinos de los que por desgracia no conservo fotos y no por ello los he disfrutado menos…

Para él todas buenas vacaciones deben incluir una playa, cuanto más bonita y paradisíaca mejor, pero se conforman con una semana en cualquier playa española. No hay vacaciones que se precien sin haber puesto una y mil veces el pie en el agua ni haberse hecho una foto de los pies en la orilla.

Habrá estado en Tahití, Fiji o Hawaii, pero no se ha quitado su pulsera en 15 días, ni ha salido del resort. Este viajero probará todos los cócteles gratuitos, todos los restaurantes temáticos, las piscinas, las actividades en la playa, pasará sus horas tostándose al sol en la hamaca (recordad, es ‘Todo incluido’) y sólo optará por salir de ese hábitat con una excursión contratada con el hotel. Bueno, al menos ha estado en Tahiti, Fiji o Hawaii…

Es aquel que no le teme a nada ni a nadie. No se molesta en averiguar qué zonas son las más peligrosas en su destino, ni las vacunas que se tiene que poner, ni si es posible volver de esa isla desierta a la que ha llegado gracias a la amabilidad de los locales. Por lo general suele tener la suerte de que nunca le pasa nada, aun así, siempre que viaja a lugares exóticos, vuelve a casa con más cicatrices y anécdotas que nadie.

Hotel céntrico con buenas recomendaciones + restaurante + coche de alquiler + audio guía en el museo. El couchsurfing, los tuk-tuks de Bangkok, los viajes entre islas con barcos que no pasarían una mínima inspección, adentrarse en Harlem, o llegar a un destino sin saber dónde podrá pasar la noche, no están hechos para él. Si alguna vez duerme en una jaima en el desierto del Sáhara será porque la ha contratado online con antelación.

Evitará los destinos más concurridos en temporada alta y será aquel que te recomiende viajar a Sri Lanka o a Uruguay, cuando la gente le pregunte qué opina de Tailandia o Argentina. Este tipo de viajero disfruta de sus vacaciones de una manera relajada, no le importan las fotos de los sitios más emblemáticos y es capaz de perderse en un destino sin problema, porque para él no hay que viajar con prisas ni con planes…

Es aquel de presume de evitar las multitudes, los sitios turísticos y los recomendados por las guías. La iglesia más bonita de Roma no es el Vaticano, es esa iglesia perdida que vio en el Trastevere, y las mejores vistas de NYC no son desde el Empire State o desde el Top of the Rock, si no desde ese edificio al que tuvo la suerte de subir. Para él, los mejores lugares son los que no recomiendan las guías. No se alojará en el clásico hotel, el viajero alternativo hace couchsurfing, intercambio de casas o utiliza airbnb. Tiene algo del viajero tranquilo y del viajero intrépido, pero a veces se pasa, ¿qué es eso de haber ido de fin de semana a París y no haber visto la Torre Eiffel?

Este tipo de viajero necesita guía para todo. No puede salir del hotel sin alguien que le diga dónde ir o qué hacer, y generalmente viaja con agencia, en cruceros, y por lo general hasta que no llega a su casa y ve las fotos en el ordenador no sabe ni siquiera dónde ha ido. En todo grupo de viajeros que se precie está además el Viajero Alfa, aquel que toma decisiones por los demás, que se dejan llevar sin problemas con tal de no pensar por sí mismos.

Con tal de viajar es capaz de coger la maleta y plantarse al otro lado del mundo él solo. No espera (ni necesita) amigos que viajen con él, es capaz de entenderse con cualquiera y hacer amigos hasta en los lugares más inhóspitos, no le importa compartir habitación con desconocidos y, por supuesto, trae una maleta llena de historias y buenos recuerdos.

Es aquel que va a NYC una vez al año para comprar en los outlets, aquel que sale hacia su destino con una maleta de mano que pesa unos 20 kilos, y que vuelve con 3 maletas, todas ellas con exceso de equipaje. Se dedica a comprar todo lo que puede y luego siempre comentará cosas sobre esos pendientes que se compró en París o aquel bolso que consiguió a mitad de precio en Marruecos.

Es la versión turística del viajero comprador; allá donde va, compra un recuerdo. Puede ser una Torre de Pisa en miniatura, una camiseta de I love NY, unos posavasos de París, un llavero del Big Ben, postales por doquier…, y por supuesto guarda todos los tickets de museos, edificios, etc. que ha visitado.

No en el aspecto de que le gusta conocer su propio país, si no en el de ‘¿Pero para qué te vas de viaje tan lejos?, con todo lo bonito que tenemos en España’. Que es verdad que en España tenemos cosas interesantísimas pero también hay que ver un poco más de mundo… Este tipo de viajero es aquel que por lo general no ha salido nunca de casa… de sus padres.

Sabe decir ‘por favor’ y ‘gracias’ en 8 idiomas, ‘buenos días’ en 7 y ‘cerveza’ en 10. Igual no habla una palabra de inglés pero se entiende allá donde va, memoriza palabras para poder hablar a la gente en su idioma y en sus guías de viaje están marcadas las páginas de ‘Cómo se dice…’. Este tipo de viajero cae bien a los locales y siempre hará amigos en sus viajes, de los que luego no entienda nada de lo que ponen en Facebook…

Da igual que el destino le guste o no, que haya estado ya 3 veces, o que nunca le haya llamado antes la atención, allá donde hay una oferta, allá que va; cualquier plan que incluya vuelo + alojamiento por un precio fijo o una oferta de 2x1 será su plan perfecto para una escapada.

Se mimetiza con el entorno, come en restaurantes locales, duerme en apartamentos, no en hoteles, evita las concentraciones de turistas y se jacta de conocer los mejores bares y restaurantes, las calas más desiertas, y las mejores vistas de la ciudad.

Para él, todo está planificado de antemano y no hay lugar para frases como ‘vamos a ver qué hay por ahí’, o ‘no pasa nada si hoy nos saltamos el planning’. Tiene la guía comprada con todo lo interesante que ver estudiado desde antes de comprar el billete de avión, madruga para ver el mejor amanecer y poder hacerse la foto antes que nadie, y lleva un listado de ‘cosas que ver y hacer en…’. Salirse de la ruta prevista puede amargarle el viaje.

Madrugará para hacer planes durante el día y ver todo lo posible de la ciudad pero su objetivo para viajar a New York, a Berlín o a Londres, es poder salir toda la noche hasta morir, conocer los máximos bares y discotecas posibles y poder recordar aquel día que se enganchó una cogorza tremenda en un after a las afueras de Amsterdam o que acabó bailando techno en una discoteca de Santorini.

Querrá viajar a Transilvania para ver el Castillo de Vlad Tepes, en Londres hará el tour de Jack el Destripador en Whitechapel, en Versalles no podrá evitar repasar la vida de Luis XIV y paseará por la Acrópolis de Atenas pensando en la historia de la Antigua Grecia. Es un viajero que sabe mucho (demasiado a veces) y con el que es interesante viajar, aunque resulta un poco agobiante que te quiera llevar a ver dónde se firmó el Tratado de no sé qué cuando tú lo único que quieres es parar a tomarte una cerveza.
 

Como el anterior pero con escenarios de rodajes de películas o series.

Y vosotros, ¿cuántas clases de viajeros sois?, ¿depende del destino o de la compañía?




Sunday, March 29, 2015

Crazy little things I love

Ya Serrat hace años nos cantaba lo de 'Aquellas pequeñas cosas...' y Elena de Velvet Cat nos propone ahora contar las nuestras, esas pequeñas cosas que, aunque parezcan insignificantes, te alegran el día...


A mi me alegra el día:

...Dormirme en la playa con el sonido del mar...

...Encontrar fotos antiguas de mi gato...

...Remolonear en la cama los fines de semana con el sol entrando por la ventana...

...Volver a mi Barcelona una y otra vez...

...Rascar un nuevo país en el Scratch Map...

...Una caña fresquita con vistas al mar...

...Un post que triunfa en el blog...

...Leer en la cama...

En realidad la lista es interminable, podría estar añadiendo cosas sin parar... Pero de eso se trata, ¿no?, de ir encontrando siempre nuevas cosas que te alegran el día...

Y vosotros, ¿tenéis también una lista de crazy little things you love?


Friday, March 20, 2015

My Travel Bucket List


Todos tenemos un Bucket List (lo que en español viene a ser una 'Lista de cosas que hacer antes de morir'). Puede que no todos la tengamos por escrito, puede que no todos tachemos lo que vamos consiguiendo, pude que la lista sea muy muy corta, puede que algunos ni siquiera sepamos que tenemos esa lista. Pero la lista existe. Para toda persona con unas ciertas inquietudes la lista existe.

En mi caso nunca la he tenido escrita, no he tachado las cosas que ya he hecho, pero siempre he tenido en la cabeza las cosas que quiero hacer (antes de morir), y hace poco viendo un blog de viajes, de esos que me gusta devorar hasta la saciedad, me di cuenta de que mi lista estaba relacionada en un 90% con viajar, con cosas que hacer en ciertos sitios, con cosas que ver en ciertos sitios, y entonces pensé que tal vez era hora de poner por escrito mi lista, de hacer un Travel Bucket List visual, porque no es lo mismo decir que quieres bucear en las Maldivas que tener frente a ti una foto de buceo en las Maldivas... Y como una es un culo inquieto, y por pedir que no quede, aquí va mi lista de 30 cosas que hacer viajando (antes de morir).

(Tened en cuenta que la lista no sigue ningún orden, que la he ido haciendo según se me han ido ocurriendo cosas a lo largo de varios días, no me apetece más lo primero que lo último...).

 1. Hacer un safari por África
2. Sobrevolar la Capadocia (Turquía) en globo

 3. Ver una Aurora Boreal en Escandinavia o Alaska
4. Celebrar una Nochevieja en una playa paradisiaca

5. Cruzar el Golden Gate Bridge de San Francisco en bici
6. Celebrar un Oktoberfest en Munich, Prost!

7. Ver el Festival de las Linternas en Tailandia
8. Ver surfistas sorteando las olas gigantes de las playas de Hawaii

9. Disfrutar de un concierto de música country en el sur de USA
10. Pasear por la Gran Muralla China

 11. Bañarme en aguas termales en Islandia
12. Subir al Machu Picchu (Perú) por el Camino del Inca

 13. Maravillarme con los Moais de la Isla de Pascua
14. Bañarme en el Lago Hillier (Australia)

 15. Nadar de noche en el mar de estrellas de Isla Vaadhoo (Maldivas)
16. Ver los arrozales en terraza de Bali (Indonesia)

17. Asombrarme con las dunas del desierto de Namibia
18. Pasar una Navidad en New York

 19. Descubrir los efectos del agua y los reflejos del sol en el Cañón del Antílope (Arizona)
20. Ver mi reflejo en el Salar de Uyuni (Bolivia)

 21. Recorrer la Ruta 66 (Los Ángeles - chicago) en un coche americano
22. Nadar en Playa Escondida, Islas Marietas (México)

23. Ver las Pirámides de Giza (Egipto), la única de las 7 Maravillas del Mundo antiguo que queda en pie
24. Ver gorilas en libertad en Uganda

 25. Celebrar un Saint Patrick's Day en Irlanda, Sláinte!
26. Sobrevolar el Gran Cañón del Colorado (Arizona) en helicóptero

 27. Maravillarme con la presencia monumental de Ayers Rock (Australia)
28. Ver ballenas en libertad

29. Celebrar un Mardi Gras en New Orleans
30. Desconectar en una isla paradisiaca (Fiji, Samoa, Tahiti, Seychelles...)


Como veis no es una lista corta, ya he dicho que por pedir que no quede, pero soy de la opinión de que si te pones una lista con pocas cosas tienes menos posibilidades de cumplirlas. Tal vez nunca vea ballenas en libertad, ni pase una semana de relax en las Maldivas, ni me bañe nunca en un lago rosa, pero Munich y Dublín están a la vuelta de la esquina (he estado en ambas pero no en los eventos importantes), los arrozales de Bali me esperan (casi seguro) este verano, y en New York hace años estuve en diciembre, aunque para Navidades estaba de vuelta en casa... Seguro que no consigo cumplir los 30, pero poco a poco quiero ir tachando fotos de la lista.

Y vosotros, ¿tenéis también un Bucket List?, ¿qué es lo que más ganas tenéis de hacer?

Aquí tenéis una wishlist de viajes de hace un par de años.

Podéis encontrar las fotos originales aquí:
1 // 2 // 3 // 4 // 5 // 6 // 7 // 8 // 9 // 10 // 11 // 12 // 13 // 14 //15
16 // 17 // 18 // 19 // 20 // 21 // 22 // 23 // 24 // 25 // 26 // 27 // 28 // 29 // 30

Tuesday, March 17, 2015

12 meses, 12 países - IRELAND

Siguiendo la estela de Irene, del blog Me he perdido, me apunto, con dos meses de retraso, a su iniciativa bloguera 12 meses, 12 países. En mi caso se va a reducir a 10 meses, 10 países, ya que me incorporo más tarde, pero va a mantener la misma esencia... Así que empezamos en marzo.
Marzo es el mes del día de la mujer, del día del padre, el mes en el que (por fin) empieza la primavera, el mes del cumpleaños de mi hermana Andrea, y el mes de Irlanda. Porque en Irlanda Saint Patrick's Day no se celebra sólo el 17 de marzo...

'La Isla Esmeralda' es un país con paisajes de ensueño...

Con encantadoras ciudades...

Con sus propias costumbres y tradiciones...

Irlanda es la cuna de grandes músicos y cantantes, U2, The Cranberries, Thin Lizzie, Sinead O'Connor, The Corrs, The Dubliners, Enya, Van Morrison..., muchos de los cuales mezclan la música actual con la música tradicional irlandesa.
  
En 2011 viví dos meses en Irlanda gracias a una beca, como ya os conté aquí, y es un país del que me apasionan muchas cosas. La capital, Dublín, no es una de ellas, ya que no me parece una ciudad especialmente bonita, pero el país en general es apasionante. Las afueras de Dublín son preciosas, Howth, Glendalough, la zona de Galway y los Cliffs de Moher, Belfast y su Giant's Causeway, el país entero está lleno de lugares maravillosos.

Además, Irlanda es un país con una cultura de lo más rica, sus tradiciones y costumbres están muy arraigadas y sus gentes son de lo más interesantes. Buenísima cerveza y whisky, música en directo todos los días a todas horas, bailes tradicionales, una gastronomía sana y sobre todo consistente (demasiada patata everywhere, la verdad), todo esto hace de Irlanda un país en el que cualquier viajero podrá disfrutar porque, como digo yo siempre, en Irlanda siempre te lo vas a pasar bien!

¿Conocéis Irlanda?, ¿qué es lo que más os gusta de este país?

Y no olvidéis que hoy es Saint Patrick's Day! Tomaos una pinta en un bar irlandés y disfrutad casi casi como si estuvierais allí! Porque recordad:


Monday, March 9, 2015

I grew up hablando diverses languages

En los tiempos que corren en los que hablar idiomas es casi o tan importante como tener una carrera, un máster y 3 doctorados, puedo decir que me siento terriblemente afortunada de haber crecido aprendiendo varios idiomas a la vez.

Como hija de americano, mi padre desde pequeña siempre me habló en inglés, las canciones para dormir eran en inglés (yo creo que aún guardo los casettes de Baby Belluga...), los libros me los mandaba mi madrina desde USA para que mi padre los leyera, y desde pequeña le entendía perfectamente. Además, tengo la suerte de que, habiendo nacido en Barcelona y de familia catalana, mi madre desde pequeña me ha hablado en catalán, con canciones en catalán y toda la familia hablándome en esa lengua. Obviamente, la parte del español estaba cubierta por la guardería, algunos amigos de la familia y, una vez que nos mudamos a Madrid, el cole y todo lo que me rodeaba.

Por si esto fuera poco, estudié francés en el cole durante 8 años y desde hace unos 3 estudio también alemán.
 

A día de hoy sin embargo, he de decir que los únicos idiomas que hablo a la perfección son los que aprendí de pequeña, los que nunca he estudiado más que en el cole, con los que me he criado, los que he aprendido pero no estudiado... De hecho, cuando a veces me preguntan mis amigos '¿Por qué en inglés se dice esto en vez de esto otro'? es como cuando amigos extranjeros me preguntan por normas de gramática española, la respuesta es 'Porque es así', porque cuando has aprendido algo de pequeño no necesariamente sabes el por qué, si no que simplemente te sale solo. Y lo del catalán es otra historia, porque al menos el inglés lo he estudiado en el cole, me he apuntado a alguna academia, he estado fuera de España estudiando, me he sacado el título de la Escuela de Idiomas y el Advanced... Pero el catalán no lo he estudiado nunca, lo hablo pero no lo escribo y leerlo me cuesta porque aunque conozco las palabras nunca las he visto escritas antes... Y cuando lo hablo muchas veces pienso que deberé tener un acento horrible y que no conozco algunas palabras pero entonces es cuando la gente me dice que, para llevar casi 30 años viviendo en Madrid, 'parlo catalá molt bé'

El alemán lo voy aprendiendo poco a poco, porque no tengo prisa, porque no tengo tiempo y porque, para qué negarlo, es un idioma difícil. Y el francés está ahí escondido, en algún lugar de mi cerebro, haciendo que lo entienda pero que me sea casi imposible hablarlo.


Yo me he dado cuenta con los años de que hablar en varios idiomas a los hijos no es fácil. Mi madre tenía la suerte de que mi familia y mi entorno hablaban con nosotras en catalán y para cuando nos mudamos a Madrid ya lo teníamos totalmente metido en la cabeza.

Sin embargo, el inglés costó más. El hecho de que mi padre durante un año viviera entre Madrid y Barcelona, la falta de recursos (ahora con Internet, tablets, apps, series en v.o., etc. es mucho más fácil pero hace 30 años los libros me los mandaban desde USA ya que en España eran prácticamente imposibles de encontrar), la extrañeza con la que la gente muchas veces miraba al que hablaba un idioma diferente, la falta de otras personas a mi alrededor aparte de mi padre que hablaran ese idioma, la poca constancia, las negativas a aprender un idioma que nadie más hablaba a nuestro alrededor... no facilitaron las cosas.

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Hablar a un hijo en dos o más idiomas no es fácil, de hecho, implica un esfuerzo por parte de los padres para que los niños no lo tomen como una obligación.
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Ahora no sólo los padres, si no también los niños, lo tienen mucho más fácil. Cuando yo era pequeña tenía una compañera en clase de abuelo alemán y más tarde llegó una niña de padre iraní. Entonces era raro tener compañeros de clase extranjeros o de familia extranjera. Ahora está a la orden del día. En mi trabajo comparto proyectos con británicos, americanos y una compañera alemana. En mis clases de alemán he tenido una compañera griega y una serbia. Con mis amigas británicas hablo en inglés cambiando al español sin problema para traducir cuando es necesario. Mi primo vive en Shanghai desde hace años y habla chino. He llegado a conocer a una chica de la Guayana Francesa, que estudiaba en el Colegio Internacional de Bruselas con mi amiga cuyo abuelo era alemán. Tengo amigos que viven o han vivido en el extranjero. Y como yo, será el caso de la mayoría de las personas que estéis leyendo este artículo. Esto que hoy parece de lo más normal antes era raro, muy raro, y no hacía más que dificultar el proceso de hablar a un niño en dos o más idiomas.

 
Si os estáis planteando hablar a los hijos en varios idiomas, o si ya lo estáis haciendo, recordad que hay que tener constancia, que los niños no lo aprenden todo a la primera; que no hay que desesperarse porque no sepan o se nieguen a hablar en un idioma, ya lo hablarán, no hay prisa; que no hay que hacer que el bilingüismo se convierta en una obligación, si no en algo que los niños deben disfrutar, y sobre todo que 'Bilingual Is Not a Destination. It Is A Journey'.

En definitiva, si tenéis la suerte de hablar con fluidez varios idiomas o vuestra pareja los habla, intentad que vuestros hijos disfruten de lo mismo, porque en el futuro se darán cuenta de la suerte que han tenido.
 
 
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